El Faradio, Prensa

Cómo decirlo

O, más bien cómo reconocerlo, sin sentirse parte integrante de esta marea de mierda que no es que amenace con invadirnos, es que va camino de tragarlo todo: historia, convivencia y vergüenza.

Dicen que la destrucción y los millones de muertos que la Primera Guerra Mundial con los cambios de fronteras, el impacto de la revolución rusa y los problemas de adaptación de millones de ex combatientes, provocó en Europa sobre todo en los países derrotados, el nacimiento de una cultura de violencia y enfrentamientos que se instalaría cómodamente en nuestras sociedades desde aquel convulso periodo. Una mortífera cultura, debo decir, que no ha hecho sino ir a más.

Y tan lejos ha llegado que, la desvergonzada Europa, después de saltarse todas las leyes y normas de convivencia que se dio a sí misma para evitar repetir la historia que la llevó de cabeza a la II Gran Guerra – fascismos incluidos – ha decidido sentarse en la platea para contemplar entretenida este Genocidio – que no es lo “suficientemente europeo” – sin mover un puto dedo.

Porque no nos engañemos, nuestra civilizada Europa no es que haya sido pusilánime, no es que haya sido cómplice, Europa ha sido y es participante directo de este horror porque cargó las armas y se la puso en la mano a los asesinos. Y aún más, parió a una gran parte de esos asesinos pues, muchos de los milicos que circulan por Gaza son realmente alemanes, USAS, franceses, ingleses cuya religión no sé si será el judaísmo, pero cuya ideología es sin duda el sionismo más puro y duro que defienden con las armas – no lo olviden – que hemos pagado todos con nuestros impuestos. Sí, resultará difícil explicar a la historia, y ya que estamos, a nuestros hijos y nietos, hasta qué punto una tragedia como está siendo perpetrada en nuestro nombre. Porque ¿Qué decimos? ¿Cómo lo decimos? ¿Qué hacemos?

Israel ha expulsado a esa cosa frágil que llamamos democracia hacia un ahora acelerado e imposible. Pero el castigo por semejante atrevimiento, lo sabemos por las novelas de ciencia ficción, va a ser atroz. Nos ha arrebatado conquistas de siglos e incluso, la conciencia de nuestra propia época y ahora solo tenemos ante nosotros un abismo, una existencia descarnada imposible de soportar. La Europa de los idearios contempla impotente a esta Europa cómplice que se cubre el rostro con un antifaz cada día más desgastado para no ver a los que, por su culpa, mueren lentamente de hambre acompañados por el estruendo de las bombas y también por el estruendo de los grandes acontecimientos musicales organizados por los PKK, a las Vueltas Ciclistas y los concursos de euro-visión que para nada son euro sino tan solo una plataforma del imposible lavado de imagen de un país asesino que manipula esta obscena realidad para intentar convertirla en algo normal.

La pregunta es ¿hasta cuándo lo vamos a consentir?

Artículo publicado en El Faradio el 31/08/25.