El Faradio, Prensa

Espectros

Fantasmas que se presentan a nuestros ojos o a nuestra fantasía pero que en realidad no existen. Al menos no existen tal y como nosotros los imaginamos.

El derecho a la información. La información en sí misma. Por ejemplo.

Los lindukis de Occidente nos creemos “informados” de lo que pasa en colonias (en todas las colonias y excolonias del mundo mundial) sin darnos cuenta de hasta qué punto la info que sale en los media está virtualmente desconectada de lo que en realidad sucede. En los media audiovisuales, pero también en los otros corrompidos todos por el vicio secreto (según decía Umberto Eco) de la circularidad: lo que dicen unos es repetido por los otros y lo que dicen los otros es repetido por los unos y, al final, solo hablan de ellos entre ellos.

Pero no sé qué será peor porque cuando se ponen a hablar de otra cosa (la que toque) el panorama se vuelve desolador pues, o no saben lo que dicen o mienten como ratas (si las ratas mintiesen o mintieran). A este respecto,

¿Recuerdan lo de las armas de destrucción masiva? ¿La guerra del Terror? ¿Afghanistan y Bin Laden?. ¿Recuerdan aunque sea solo algo de lo que pudimos llegar a leer y escuchar en la famosa prensa libre de Occidente? Bueno, pues ahora con Afghanistan mas de lo mismo.

No hace tanto un ex miembro de la CIA, Milt Bearden hablaba de Osama bin Laden, (entonces enemigo número 1 de EEUU) diciendo: «Él estaba allí cuando yo estaba allí. Hizo proyectos de ingeniería, carreteras, puentes y equipos médicos». «Dudo que alguna vez haya disparado un arma con ira».

Y se extrañan de que quieran cepillárselos: ¡10. 000 muertos civiles durante una ocupación que ha durado 20 años y ahora, de lo único que hablan los medios audiovisuales y los otros es del caos – cierto y verdadero – del aeropuerto de Kabul! Un caos, dicho sea de paso, provocado por la nefasta política de los ocupantes que deciden retirarse de un día para otro sin acuerdos ni condiciones, sin pensar en proteger los suyos ni, por supuesto, a nadie más. Las mujeres, niñas y niños, los jóvenes, las viejas y los viejos indefensos y los que por su culpa cayeron durante todos estos años, ni palabra.

En su día y según el mismo parlanchín ex -espía, los USA fueron allí para atrapar a Al Qaeda y a Bin Laden y NO para atrapar a los talibanes (a los que dicho sea de paso armaron hasta los dientes) ni tampoco con la intención de proteger a nadie y menos que a nadie, a las mujeres. Por el camino, cambiaron de objetivos y así les fue . Eso si, ¿para qué nos iban a explicar los media todas estas cosas? El espectro de la solidaridad y de la bondad infinita “con los pobres” es un cuento muy útil y está ahí para algo.

No hace falta mucha conciencia política para saber que, tras los famosos cubos de basura de la historia ahora nos enfrentamos otra vez a los cubos de basura de la información. Y puede que la información, como bien dice Braudillard sea un mito, pero lo cierto es que hemos convertido este mito en el sucedáneo y sustituto moderno de todos los demás mitos y valores. Y el contraste entre el brillo de este supuesto valor universal y el estado actual de las cosas es sobrecogedor.

Primero soñamos con llevar la imaginación al poder – al poder político, se entiende – y la cagamos. Ahora soñamos cada vez menos o ya nada. Pero no sé en qué momento trasladamos nuestros fantasmagóricos sueños al poder de la información y… volvimos a equivocamos.

La inmensa mayoría de los media han revelado ser mucho mas conformistas, mucho mas serviles de lo previsto, mas serviles incluso que los políticos profesionales. Así que ahora, no nos hace falta imaginación alguna sino más bien un milagro para poder creerse lo que dicen.

A los civiles afganos los matan las armas USA e israelíes, los intereses geo- estratégicos del ultracapitalismo, el colonialismo, los mata la prepotencia occidental y, permitan que se lo diga, en esta carrera de despropósitos, las mujeres afganas y por lo mismo las mujeres en general, les han importado siempre un bledo. Si ahora ponen el foco en su terrible situación es para que candemos el pico y nos distraigamos sin hablar de lo demás. Es decir, sobre las verdaderas causas del horror. Por otra parte, a la que pasen 4 días nadie volverá a acordarse de ellas. ¿Qué se apuestan?

Artículo publicado en El Faradio el 28/08/2021