Perra vida
Os doy las gracias mil veces por haberme dejado K.O, prácticamente desmayada, con vuestra perra, bestial vida, vuestros alardes, vuestros insultos porque si no lo hubieseis hecho, tendría que seguir mirando vuestras jetas depravadas que como una manada de chanchos – que más quisierais – han invadido las regiones y paisajes de este país. Jetas – he de deciros – idénticas a las de otros países desde Turquía a Hungría pasando por España porque – supongo que lo sabéis – sois una especie invasiva, indestructible como las cabezas de una hidra y vuestra mentalidad de rata es idéntica en todas partes que hasta podría decirse incluso que venís de serie de la misma factoría genética.
Os doy las gracias una y mil veces por haberme cabreado, enceguecido de rabia pues, de lo contrario, tendría que seguir mirando vuestros rostros de simios emergiendo de todos los lados, pantallas y fotos de Colón, en los periódicos que narran vuestra aventura triunfal en Carabanchel o, incluso, en las portadas de los libros. Decir también que os habéis esforzado en ocupar cada milímetro del espacio público y sois tan resistentes como las malas hierbas y que no se os puede erradicar con nada, realmente con nada, eso pienso, porque habéis penetrado o mejor dicho: os hemos dejado penetrar en cada poro de la vida, en las fosas nasales, en el aire que respiramos, en el agua que bebemos…
Gracias, gracias de veras por haberme removido y sacado de mis casillas porque si no lo hubieseis hecho podría haber ocurrido que me hubiese acostumbrado a un sistema más o menos democrático, dado por hecho el estado de bienestar que vengo disfrutando desde que nací, la libertad y fraternidad que defendió la Revolución francesa, los derechos de igualdad de las mujeres, de todos los seres por el hecho de haber nacido humanos, por mas que vosotros/ustedes, los de la ultraderecha nunca hayan sabido lo que eso significa.
Si, muchas gracias por haber empañado mis gafas con el asqueroso vaho de vuestros discursos de odio porque de otro modo tendría que leer las noticias que hablan de vuestro despendole dedicados, como el Sr. Abascal a “contar pasos, tomar medidas imaginarias en el aire y a encararse con los que se le ponen en frente” (todo eso en Carabanchel) o esas noticias que cuentan lo que pensáis de esto y aquello y de los planes que se os han ocurrido para solucionar toda clase de problemas.
Gracias también por haberme dejado sorda con las bocinas de vuestros coches y vuestras caceroladas porque, de otro modo tendría que estar oyendo vuestras chorradas en los programas de Ana Rosa, es decir, las vuestras o las de vuestros cachorros además de estar obligada a mirar los horizontes babosos surcados por vuestros tentáculos, porque eso sí, hay que reconocerlo, sois unos pulpos enormes, vuestra fuerza reside en los tentáculos es decir, cortas uno y crece el otro. Gracias de veras, sí, por haberme cabreado tanto pues, de lo contrario, me vería obligada a calmarme, a hacer todos los días el esfuerzo de tener paciencia con lo que está pasando, tendría que enfrentarme con la banalidad de vuestra maldad, con vuestra vitalidad aterradora y, seguramente, terminaría atragantada. Ahogada de asco. Y de eso nada. Quiero vivir.
Ilustración: Leo Senatore (@leosenatoreart)
Artículo publicado en El Faradio el 10/04/2021