Yo Loba 23
Si hubiera algo verdaderamente relevante en la actual inflación de las narrativas intelectuales sobre la identidad europea, el futuro europeo, la crisis europea, Europa después de la caída del muro, los nuevos muros europeos (a los demás que les den), si lo hubiera, digo, esto debería ser la narrativa de la imparable, arriesgada, valiente circulación de seres humanos en su huida hacia donde creen ellos que está la luz. Y no está. Guerras, ejecuciones sumarias, represión, gobiernos asesinos. Todo palidece en comparación con los destinos de las personas. Seguramente, si la chusma de ladrones brutales capitaneados por la Monarquía alauita no rigiese los destinos de Marruecos, los marroquíes – o al menos no tantos – tampoco necesitarían salir huyendo. Y también, seguramente si los Gobiernos de España no hubiesen sido tan pésimos colonos, cornudos consentidores y, además, unos calzonazos, en Melilla, antes de ayer, no hubiese habido 75 migrantes heridos, 13 de ellos graves (todos en el lado marroquí) más 140 agentes heridos. El goteo ¿Qué quieren que les diga? Es infinito. Viene de antes. Seguirá mucho después. La escoria marroquí – y la no menos hispánica escoria autodenominada democrática– todos esos políticos delincuentes, ladrones estafadores, mentirosos y mafiosos; generales y soldados, curas y religiosos, legionarios, políticos y politicastros, abogados y abogadas que los defienden con éxito a ellos y a sus asquerosos acuerdos hete aquí que, de pronto hacen como que no tienen nada que ver con el asunto y envían a las ONG a limpiar los trastos rotos. Perdón, los cuerpos rotos: docenas y docenas de hombres golpeados y exhaustos tirados por el suelo. Y entretanto, como si tal cosa, los pensadores políticos de renombre echan argamasa filosófica a la construcción ideológica de Europa y los pequeños (y grandes) fascistas europeos se acurrucan en las comisiones europeas y en los lobys como gallinas ponedoras cloqueando a voz en grito “somos democráticos, democráticos, democráticos” ¡que vergüenza! cuando de “democráticos” no tienen ni la “D”.