Blog, Yo Loba

Yo Loba 35

Dependo del mar.

Durante estos horribles días he venido dependiendo de las mareas, del color y olor del agua, del barritar de las olas. Incapaz de soportar la impresionante violencia que se presenta en los medios, el genocidio desplegado ante nuestras hipócritas narices, las casas derrumbadas por las bombas, los videos de los asesinatos a sangre fría llevados a cabo por el ejército de Israel, me vacío. Y así, convertida en una espora, permanezco horas enteras sin hablar, sin escribir, apenas sin moverme.

Recuerdo que alguien, en alguna ocasión me dijo: “En el tiempo, se es solo lo que se es: lo que siempre se ha sido. En el espacio se puede ser otra persona” Y yo le creí. Pero no es cierto: No sé si a esto que hago se le puede llamar “estar” o, ni siquiera vivir, pero lo que si sé, es que no puedo ser otra persona ¡qué más quisiera yo!

Es quizá por eso que día tras día me siento obligada a irme, a desaparecer. Aunque se bien que eso no es posible. Es entonces cuando me voy al mar. Me encanta como me hace sentir rara, desmesurada en mi propia, absurda pequeñez buscando apenas ser alguien que no sea yo. Y entretanto, mirar lo que traen las olas: algas y conchas, cristales tallados y cintas que me recuerdan, a saber por qué, el pasado reciente y el presente, la porosidad del sufrimiento de los demás, seres de mirada melancólica con los que me cruzo todos los días y de los que no se nada aunque intuyo que esa nada es mucho peor de lo que imagino.

Siento entonces que piso un paisaje irreal y que el tiempo ha pasado a tener capas y a ser confuso y que yo me encuentro fuera de él, sumergida en una pesadilla donde los hechos me pasan por encima como si no existiera, como si YA no existiera. ay un abnandono en En esos momentos el desasosiego sacude mi cuerpo y aunque me esfuerce por mantener el control, por intentar parecer tranquila y despreocupada, tiemblo y mi paso, inseguro, se resiente. Entonces regreso a casa. Pero en el camino de vuelta no puedo dejar de preguntarme que es lo que debería ocurrir, que argumento sería lo bastante fuerte como para ayudarme a superar lo que tengo dentro. Y no sé qué contestarme.