El Faradio, Prensa

Seres Humanos

“El principal defecto del humanismo es que tiene que ver con los seres humanos”. (Wallace Stevens). Y el principal defecto de los seres humanos es que son unos hipócritas. O unos mierdas, según las circunstancias. (cosecha propia)

De manera que van unos milicos y amenazan de muerte a media España y la ministra del ramo, tan oreada, va y hace unas declaraciones y ya está.

De manera que el pasado día 12 de diciembre, el activista y periodista iraní Ruhola Zam , director de la web Amadnews fue ahorcado por incitar – según los ayatollahs – las protestas registradas en Irán a finales del 2017 y las multitudes del “Charlie Ebdo” junto con los sensibles donantes de Notre Dame (la del incendio) o las Asociaciones de Prensa Iberas van y se llaman a andanas y, una vez más, miran hacia otro lado.

De manera que una ameba corrupta y mal encarada se mete con la apariencia física de una ministra y nadie – a nivel oficial y dialécticamente por supuesto – se le arrima y le aplasta el lomo como si fuera una cucaracha.

Si, por supuesto, si algo tenemos los seres humanos, son defectos. Defectos y almas como cántaros resquebrajados incapaces de guardar en su interior ni una gotita de compasión.

Y no nos disculpemos diciendo que si las circunstancias, que si la inseguridad y el miedo o que si mi tía la de Cuenca (con perdón). Aceptemos de una vez por todas que nosotros, los seres humanos, nos las pintamos solos para acoger en nosotros mismos toda clase de disculpas que sabotean nuestra propia dignidad y nos hacen, mayormente, unos gusanos.

(Añadir justo ahora para que no se me olvide, que no todos son así)

Pero aunque la situación, me temo, no tenga cura y el caos sea mas o menos definitivo nos queda por lo menos, el derecho al pataleo. Un pataleo, eso si, por lo menos productivo. De manera que salgamos a la calle y protestemos. La indignación – como dice Hessel – es una obligación y, además, indignados resistiremos mejor. Porque es nuestro deber recordar a los responsables políticos, económicos, intelectuales que los Derechos Humanos están ahí. Que son iguales para todos y que no les vamos a permitir olvidarlos. ¿Qué? ¿Suena ingenuo? Ya lo veremos.