Basureta básica
La miro y es todo lo que se me ocurre. Pero cuando la oigo – o la leo- ah, entonces, los pelos se me ponen como escarpias porque tengo que reconocer que se supera cada día la fascista esta de las narices, la señora (mucho decir) Ayuso, en pleno orgasmo electoral soltando por esa boca sapos y culebras para alegría de sus palmeros de la Fundación Francisco Franco y otros sinvergüenzas como el tal Rodríguez que no tiene más mierda dentro porque no le cabe.
Sí, la miro y me enfurezco cuando dice que ser fascista es estar en el lado bueno de la historia y deduzco inmediatamente que esta tipa no sabe de lo que habla o si lo sabe es que nos encontramos ante una cretina integral, partidaria de una España si, de cárceles y reformatorios, de isopazos y mentiras.
Pero lo que mas me enfurece de todo es que no haya mas gente enfurecida lo que, una vez más viene a confirmar mi idea de que el mundo necesita furia, mucha mas furia al contrario de lo que van diciendo algunos meapilas también conocidos como templados, discretos, sabihondos.
Necesita muchos mas hombres y mujeres que se indignen. Mas mujeres y hombres que crean que sus derechos humanos, civiles de todas clases no están en tercer o cuarto lugar en la lista de cosas por hacer detrás muy detrás de los intereses de los bancos, de las grandes empresas o de los intereses electorales ¿verdad Sr. Abalos? De una panda de saborios – con o sin tetosterona – que se la dan de cuerdos y de macroeconómicos. ¡Menuda panda!
Frente al sistema fraudulento de esta/estos demócratas de pacotilla fundado sobre un -clarísimo – fascismo que nos envilece a todos no puedo dejar de preguntarme cuando los ciudadanos de este país dejaran de suplicar “dame mis derechos” para gritar “tomaré mis derechos con mis manos”?
¿Cuándo nos daremos cuenta todos que el derecho a un techo, a una sanidad publica de calidad, a una enseñanza sin recortes – ¿verdad señora Ayuso?- no son un lujo sino un asunto fundamental? ¿Cuándo entenderá esa tonta del bote que a la política no se llega para hacer de “reina sol” (“España me debe una”) sino a servir, a servir de verdad a los ciudadanos y ciudadanas? ¿Cuándo comprenderá la susodicha que todos esos discursos – cada vez que abre la boca suelta una parida- sobre su defensa de la libertad de los madrileños son un delito de apropiación indebida (del concepto) además de una perfecta mentira? ¿Cuándo volverá eso que llaman juventud a cabrearse por el maltrato que se ven obligados a soportar y que tiene el propósito – ese maltrato – de caparles dejándoles “esmériles e inverosímiles” para toda iniciativa de presente y de futuro?
¿Cuándo, sí, cuando, saldrán todos de su capullo para transformarse en fieras mariposas que se abren camino con las uñas? ¿Cuándo empezaran a usar sus pensamientos, su voz, su enorme potencial para hacer frente a los repeinados del a pulserita? Resumiendo ¿cuándo explotará la bomba del personal harto de tanta basureta, de tantas Ayusos and Company? Hablo de la bomba de nuestra capacidad, ambición, libertad, fuerza y confianza en nosotras mismas; la bomba de nuestra rabia contra gentuza como esta. Nuestros derechos y nuestra inteligencia deben prevalecer sobre estas políticas mediocres. O bueno, mediocres no, lo siguiente. El cambio no se producirá templando gaitas, sino derribando la puta estructura. Es tiempo de empezar a luchar en contra del “templador” y de la “templadora” que viven dentro de nosotros.
Artículo publicado en El Faradio el 22/03/2021