El Faradio, Prensa

Asesinos

Nadie lo vio todo. Algunos de los refugiados del campo de Jenin no supieron siquiera del alcance de la matanza hasta muchas horas después. Otros, sin embargo, vieron más de lo que quisieran recordar.

El primer comando llegó camuflado. Haciéndose pasar por árabes, como de costumbre. Con vehículos que llevaban matrículas de Cisjordania, como de costumbre. Y cuando entraron en el campo, lo primero que hicieron (también como de costumbre) fue ocupar las azoteas y asaltar el hospital inundando la Sección de Pediatría con gas lacrimógeno. Nadie pudo ayudar a los niños, ni al personal ni a sus padres porque las ambulancias de la Cruz Roja tenían orden del Gobierno israelí de no acercarse por allí.

Las patrullas de esos asesinos atacan de madrugada. De madrugada entran en las casas, sacan a los jóvenes de sus camas y, a la menor resistencia, disparan a matar. De madrugada se llevan a los padres de familia después de golpearlos y humillarlos delante de sus hijos. De madrugada destruyen las casas y arrasan con las pocas propiedades que puedan quedarles a las víctimas. De madrugada. Solo que este jueves tocó a plena luz del día.

Después del primer comando, llegaron los robocops, fuerzas especiales del Ejercito, con sus cascos y su canesú, sus armas y sus letales drones en tal número que las piedras, suponiendo que las hubiera, no sirvieron para nada: Israel, según cifras del Ministerio de Sanidad palestino, mató a nueve palestinos en una de las redadas más letales de los últimos tiempos. Hubo también veinte heridos, cuatro de extrema gravedad, y nueve muertos, entre ellos una mujer de sesenta y un años.

Estos son sus nombres:
Aba Allah, 18 años; Mu´tasan: 40 años; Wasim:22 años; Nur al-Din:25 años; Muhammad Sami: 28 años; Muhammad Mahmud: 30 años; Saeb:24 años; Iz al-Din: 22 años; Mayida: 61 años.

Durante mucho tiempo los habitantes del campo, acostumbrados al horror, recordarán esta mañana de jueves pues, a diferencia de otras operaciones más rápidas y específicas, las fuerzas israelíes vivaquearon por allí un total de cuatro horas, a plena luz del día.

Entretanto la Prensa europea en general y la de este país, en particular, sigue hablando del “conflicto palestino-israelí” como si no hubieran pasado ya 70 años desde que empezó la Ocupación y la matanza, como si delante de sus putrefactas narices no se estuviera desarrollando un genocidio a cámara lenta. Es evidente que no tienen memoria. Tampoco vergüenza.

Y por cierto, las ambulancias de la Cruz Roja solo pudieron entrar a recoger a los heridos, cuando los HdP de los soldados abandonaron el campo cuatro horas después.

Artículo publicado en El Faradio el 01/02/2023