Blog, Yo Loba

Yo Loba 32

Supongo que a nadie le importa, pero para mí es importante porque nunca antes lo había hecho. Acabo de afiliarme a un partido. Acabo de afiliarme a PODEMOS. Por todo y porque no podría perdonármelo si no lo hiciera. Y tampoco podría perdonármelo si no lo dijera. Ahora. Precisamente ahora.

Pero ¿por qué?

Todas las historias tienen un inicio.  Y la historia de Podemos, tan corta, tan larga, tan aparentemente increible tuvo un inicio la mar de sugestivo. Yo me he puesto a pensarlo y me parece que la cosa -por lo menos para mí – empezó así:

Primero fue la desilusión y la confusión que creó el miedo. Nadie tenía fe en que las cosas cambiaran. Luego el miedo creó la represión. Luego la represión inventó el concepto de desorden (todo lo que no viniera bien a los que de verdad mandaban). Luego el concepto de desorden creo a los fascistas. Luego los fascistas inventaron a Vox y a sus palmeros. Luego estos dementes inventaron una democracia ad hoc (una democracia que les abrió las puertas para que ellos, cómodamente pudieran incendiarla). Luego esta democracia inventó la Ley Mordaza. Luego la Ley Mordaza inventó la contradicción y un partido socialista que no lo era, o más bien, que lo era poco. Luego la contradicción inventó el descontento. Y del descontento, colgaban los pensionistas, los jóvenes, las mujeres, los emigrantes, los más pobres junto con muchos otros. Enseguida, del descontento nació PODEMOS.

Y PODEMOS logró cosas inimaginables:

El primer gobierno de coalición en España ¿te lo puedes creer?

Se lograron los ERTE, la subida del salario mínimo, mantener las pensiones, el tope de gas y los alquileres, el escudo social en la pandemia, la Ley de la Eutanasia, la Ley de familia, la Ley del solo sí es sí.

Decía mi padre que es de bien nacidos ser agradecidos, pero en este puto país damos por hecho que nos merecemos el bien que nos sobreviene tan solo por votar una vez cada cuatro años. Somos cansinos (yo la primera), cobardes, perezosos, desagradecidos. Y algunas también somos, además, ansiosas. Yo, por ejemplo. Siempre quiero más. Lo quiero todo. Confío en que con ellos en la brecha y los demás todos juntos lo conseguiremos. Es por eso que me apunto.